
Sombra Blanca o Hada Blanca. fue esposa del Rey Arturo, la cual en la literatura le es sempiternamente infiel con Lancelot, uno de los miembros de la Mesa Redonda, de ahí que sea considerada un símbolo de perversión.
En un contexto del mito de Arturo se decía que era uno con
Ginebra era la hija del rey Leodegrance de Cameliard. El rey Arturo envió a Lancelot a que la trajera a Camelot para casarse con ella, y en el viaje ambos se enamoraron. En cuanto llegaron a Camelot, Arturo y Ginebra se casaron, y Ginebra se convirtió en el centro de la corte.
Tuvo en general buenas relaciones con su esposo. Pero se enemistó con Morgana por expulsar de la corte a Lamorac, amante de Morgana. Morgana guardaría siempre rencor hacia la reina y se lo transmitiría a sus hijos.
El amor que Lancelot y Ginebra sintieron duraría hasta la muerte de ambos. Es el llamado "amor cortés", en el que la dama era considerada un objeto de culto. Se la adoraba, regalaba, incluso cuando el adorador era capaz, se le hacían versos o canciones que alababan su belleza. Hasta aquí lo permitido, pasar de aquí era ya enfrentarse con las normas eclesiásticas y sociales. El problema fue que pasaron el límite, y los enemigos de Arturo aprovecharon esta relación, para fraguar la acusación de adulterio y conspiración contra el reino que lanzaron sobre Lancelot y Ginebra. Esto llevó a una condena de muerte para la reina y una orden de expulsión del reino para Lancelot.
Lancelot no podía permitir la muerte de Ginebra y al intentar salvarla, mató a dos de los hijos de Morgana, lo que derivó en guerra abierta y supuso al final, la muerte de todos los caballeros de la Mesa Redonda.
Ginebra recibió la noticia de la muerte de Arturo y de todos los caballeros de
En el convento tuvo una última entrevista con Sir Lancelot.
Lancelot abandonó la vida de caballero y se convirtió en monje ermitaño. Años más tarde Lancelot tuvo un sueño, donde un ángel se le apareció y le dijo que debía fabricar un féretro, ponerle ruedas y dirigirse con él a Amesbury donde encontraría muerta a la reina. Así lo hizo, recogió el cadáver de Ginebra y lo llevó a enterrar junto al de Arturo.