jueves, 11 de diciembre de 2008

Descripción Subjetiva


Aquella mujer no era humana,si no una sirena.
Su cobrizo cabello ondeaba entre las aguas pacíficas al compás de sus sinuosas curvas y su escamosa cola de tono azulado.
Era tan bella como el crepúsculo vespertino.
Sus facciones despertaban admiración en la persona que las observara.
Su fascinante voz era embaucadora.
Todo su ser causaba admiración y cualquier deseo físico que tuviese el hombre o mujer.
El paisaje marino se reflejaban tan solo en sus ojos.
Cabía esperar que su estilizada constitución no fuese obra de los dioses.

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